Comparto un artículo en el que he colaborado de la nueva revista del CEP de Huelva EN FORMACION: “Recursos, compromisos y retos en la Transformación digital educativa”
En un contexto social y educativo en el que existe especial preocupación por hallar siempre los mejores resultados, nuestros centros se ven presionados por desarrollar procesos de renovación que impacten positivamente en las calificaciones, mejoras de la convivencia o en la motivación y que de forma indirecta repercutan también en la obtención de recursos y/o en la matriculación.
En este sentido, en educación se ha hablado mucho sobre la necesidad del cambio en los centros. Ya Fullan (2002) nos alertaba de que, si bien desde la política educativa se pueden implantar cambios, éstos no llegan a formar parte viva de los centros para convertirse en mejoras si no se sitúa al profesorado en un papel de agente de desarrollo curricular capaz de provocar un progreso organizativo interno de las instituciones escolares.
López Yáñez y Sánchez Moreno (2021) describen cómo la mejora educativa se concibe como un proceso de aprendizaje dentro de comunidades de práctica que utilizan los vínculos y el conocimiento ya existente para construir nuevo conocimiento y nuevos vínculos. Algunas características comunes en estos procesos son cultura de colaboración, capacidad de cambio, confianza, sentido de pertenencia, eficacia docente colectiva y liderazgo distribuido. Por tanto, como punto de partida del cambio en un centro es fundamental implicar al profesorado en un análisis reflexivo de sus prácticas, ya que el cambio estará siempre ligado a estrategias de innovación del trabajo docente.
¿Qué entendemos por transformación digital educativa? La transformación digital educativa no es otra cosa que la adaptación de nuestro sistema educativo al contexto social y global en el que vivimos en la actualidad. Estamos ya inmersos en la cuarta revolución industrial, impulsada por los avances tecnológicos producidos en las últimas décadas y que han permitido a la humanidad evolucionar hacia la llamada “Era digital.”
Nuestra era es consecuencia de la expansión y generalización del uso de la informática y de la tecnología con el valor añadido de que los progresos y mejoras en este ámbito tienen lugar casi a diario a una velocidad de vértigo. Hemos asistido a grandes transformaciones especialmente rápidas por la aparición a nivel mundial de la pandemia del coronavirus que ha supuesto un gran impulso a la digitalización. Los cambios suelen venir acompañados de cierta dificultad por el desconocimiento y las inseguridades que provocan.
No solo debemos aplaudir el magnífico progreso que estamos consiguiendo sino también trabajar en comunidad para que ese progreso tenga su debida correlación en la mejora de las condiciones materiales, existenciales y medioambientales de todos los miembros de la sociedad. Es importante afanarse en habilitar las herramientas necesarias para el libre acceso al conocimiento de todas las personas, especialmente aquellas en condiciones más vulnerables. En este contexto, nuestros jóvenes, pertenecientes a la generación Z, también conocida como centennial o iGen, son la primera generación que se considera 100% digital y, sin embargo, debemos considerarlos aún ciudadanos y seres humanos en construcción que necesitan de la orientación de las personas más experimentadas en todos los ámbitos de la vida.
¿Qué entendemos por un uso adecuado de las tecnologías y de lo que nos proporciona esta nueva Era Digital? Esta es una reflexión de partida necesaria e ineludible en el ámbito educativo pues reflexionar, discernir, elegir y usar uno u otro dispositivo/herramienta/aplicación en un contexto social y educativo determinado forma parte de las actuaciones que distinguen al ser humano de la máquina o robot. La clave con mucha probabilidad se encuentra en aquellas cosas que nos hacen precisamente más humanos: la libertad, el pensamiento crítico y el deseo de una satisfactoria vida social y emocional en una comunidad en la que todas las personas tengan cubiertas sus necesidades materiales y emocionales.
La libertad hemos de entenderla como la capacidad de elección y control sobre nuestras vidas y, como seres sociales que somos, el justo control sobre el bien común social de nuestra comunidad. El fomento del pensamiento crítico va por tanto ligado a la libertad como instrumento indispensable para ejercerla adecuadamente y así capacitar a las personas adultas y a las nuevas generaciones para poner la transformación digital al servicio de los seres humanos, de su supervivencia y la de su hábitat (nuestro planeta).
En el ámbito educativo es comprensible que tanto el profesorado como las familias, no siendo nativos digitales, nos sintamos abrumados/as por los cambios, por el miedo a las consecuencias negativas de la Era digital y por la necesidad de estar constantemente actualizando nuestros conocimientos tecnológicos para no perder el contacto con la nueva generación. A pesar de nuestros miedos e inseguridades debemos adoptar una actitud positiva y proactiva que incluya, sin reservas, el ejercicio de nuestra responsabilidad como personas adultas a cargo de la educación de los ciudadanos y ciudadanas del futuro. Hemos de tener siempre presente que, además de los incuestionables beneficios de los avances tecnológicos y de la progresiva universalización del acceso a internet de alta velocidad, esta revolución tecnológica requiere de un cambio tanto en el papel del profesorado como en el del alumnado y las familias.
Ahora más que nunca el reto que tenemos por delante es que educar y enseñar no se reduzca a la transmisión de conocimientos, pues estos ya van a estar disponibles a golpe de clic o de micrófono en un buscador, sino a la formación global de la persona en todas sus dimensiones, capacidades y competencias a desarrollar. A nivel metodológico nuestro reto debe ser desarrollar en nuestro alumnado no sólo la competencia digital sino también el resto de competencias que harán posible que el uso de la tecnología en el aula y en la vida esté siempre al servicio de las necesidades propias y colectivas.
El uso de metodologías activas que integran herramientas digitales es más que nunca una necesidad para el desarrollo competencial desde una perspectiva inclusiva. Entre estas metodologías se encuentran las ya recogidas por la normativa vigente como el aprendizaje basado en proyectos, aprendizaje cooperativo, aprendizaje servicio, etc., todo ello bajo el Enfoque DUA (Diseño Universal para el Aprendizaje). Asimismo, estas metodologías activas son especialmente recomendables para la atención del alumnado más vulnerable. En definitiva, la creatividad, la interacción, la innovación y tantas otras facetas humanas han de ser ampliamente favorecidas por la transformación digital.
¿Cuál es el papel de la administración educativa en la transformación digital de los centros? A través del llamado Componente 19: Plan Nacional de Competencias Digitales (digital skills) del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, se prevé una inversión pública total de 3.593 millones de euros en el periodo 2021-2024 para desarrollar las competencias digitales necesarias para que la sociedad y las empresas españolas afronten los retos y aprovechen las oportunidades que ofrece la economía digital. Las actuaciones están dirigidas a toda la ciudadanía española, especialmente a la población activa en general y a los especialistas TIC en particular, así como a la transformación digital de la educación, impactando en los modelos de enseñanza y aprendizaje de competencias digitales incluyendo la capacitación de los docentes.
El componente dirigido específicamente a la Transformación Digital de la Educación (C19.I2) incluye (I) el Plan de Digitalización y Competencias Digitales del Sistema Educativo, que tiene como actuaciones clave la dotación de dispositivos portátiles para la reducción de la brecha digital de acceso por parte del alumnado de colectivos vulnerables, y la instalación y mantenimiento de sistemas digitales interactivos en centros educativos, y (II) el Plan de Formación Profesional Digital, con foco en el desarrollo de espacios formativos en competencias digitales demandadas por los sectores productivos, y en la acreditación de competencias digitales adquiridas a través de la experiencia laboral. Está previsto el equipamiento de recursos materiales y tecnológicos en los centros educativos a través del Programa de Cooperación Territorial para la Digitalización del Ecosistema Educativo, llamado #EcoDigEdu.
En cuanto a la dotación de recursos humanos se ha creado por un parte la red de Asesorías Técnicas Docentes (ATD), distribuidas entre los Centros del Profesorado de todo el territorio andaluz y los Servicios Centrales de la Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional, y por otra parte, la red de responsables #CompDigEdu en cada centro educativo, con la clara misión de impulsar la competencia digital.
Analizaremos ahora el papel de la formación en los procesos de transformación digital de los centros de nuestro ámbito CEP, tratando de comprender las cifras de que disponemos sobre participación y certificación a lo largo de los cuatro últimos cursos en actividades que de una u otra forma trabajan la competencia digital como medio y como fin.
Hemos de señalar que somos conscientes de que los datos sobre formación en competencia digital ponen de manifiesto el interés o necesidad del profesorado por ponerse al día y mejorar su habilidad en el uso de herramientas tecnológicas y/o el interés de la administración por desarrollar la competencia digital del profesorado. Trataremos de discernir ambos aspectos, aunque posiblemente los datos pongan de manifiesto una combinación de factores.
curso | Nº actividades | solicitudes | certificados | |
19/20 | 61 | 7830 | 2964 | |
20/21 | 105 | 3379 | 2715 | |
21/22 | 74 | 2206 | 1811 | |
22/23 | 65 | 4546 | 1172 |
Resulta especialmente significativa la cifra de 7830 solicitudes de actividades formativas sobre competencia digital en el curso 19/20 y su correlato de 2964 certificados. La razón claramente se atribuye a que el confinamiento como consecuencia de la COVID 19 provocó un antes y un después para muchos centros en el uso de plataformas digitales, dado que la necesidad de trabajar de manera telemática hizo prácticamente imprescindible optar por Microsoft, Google o Moodle para alojar contenido y plantear actividades al alumnado. Por otra parte, iSéneca se convierte en el elemento estrella para facilitar la comunicación con alumnado y familias.
Se observa, además un contraste claro entre el número de solicitudes de actividades formativas sobre competencia digital en el curso 19/20 (7830 solicitudes) con el curso siguiente (3379 solicitudes en el curso 20/21). Podemos afirmar, por tanto,que el incremento de solicitudes y certificaciones en competencia digital en el curso 19/20 se produjo como consecuencia de una verdadera necesidad del profesorado por adquirir herramientas que les permitieran llegar al alumnado.
En el curso 20/21 aumenta, sin embargo, el número de actividades sobre competencia digital debido a la exigencia para todos los centros de elaborar Planes de Actuación Digital provocando un considerable incremento de Grupos de Trabajo y Formaciones en Centro orientados a la mejora del diseño y desarrollo de sus proyectos. La razón de la disminución del número de solicitudes posiblemente también la podamos atribuir a que el cambio normativo no llega a convertirse en parte viva de los centros, en palabras de Fullan.
Las cifras de los dos últimos cursos reflejan de nuevo un mayor número de actividades sobre competencia digital que antes de la COVID 19, siendo especialmente significativas las solicitudes de este último año. En un análisis más profundo sobre las actividades con mayor número de solicitudes, observamos que la posibilidad de acreditación de niveles de competencia digital (de A1 a B2) ha vuelto a provocar un aumento en las cifras.
Tras este somero análisis de las actividades sobre competencia digital y sus solicitudes podemos describir un primer nivel de impacto de la formación en competencia digital en nuestra zona CEP. Sin embargo, no podemos avanzar qué es lo que realmente llega al aula del contenido de la formación.
¿Han sido el nuevo equipamiento tecnológico y la formación asociada un detonante de la transformación?
No tenemos datos para responder a esta pregunta aunque la observación directa y la realidad de nuestros centros educativos nos dicen que esta transformación se está produciendo de forma muy desigual. Hay toda una casuística en este escenario: desde los centros que sí están inmersos en un verdadero y profundo proceso de transformación, hasta los centros en los que ese cambio ni tan siquiera es una opción que se haya planteado. En este amplio espectro de situaciones de desarrollo de la transformación digital educativa el primer número de nuestra revista describe casos que destacan por el alto nivel de compromiso y de implementación de medidas concretas para la transformación del centro.
Sin duda se está realizando un esfuerzo y una inversión económica sin precedentes en formación y en recursos humanos y materiales que alcanzará las cotas mayores de éxito en aquellas comunidades educativas cuyos miembros se impliquen de lleno sintiéndose concernidos por los retos antes planteados. El pilar fundamental de todo sistema educativo es el profesorado tal y como se ha comprobado en los diferentes niveles de desarrollo de los planes de transformación digital precedentes (Centros TIC, Escuela TIC 2.0 y PRODIG) que se han puesto en marcha en los últimos veinte años. Como ciudadanos y docentes tenemos la responsabilidad ética y la obligación profesional de hacer de la transformación digital educativa un reto hecho realidad.
Bibliografía: Retos en la Transformación digital educativa
Fullan, M., & Escudero, J. M. (2002). Los nuevos significados del cambio en la educación. Barcelona: Octaedro.
López Yáñez, J. y Sánchez Moreno, M.R. (2021). Red, comunidad, organización. La escuela como ecosistema de la innovación educativa. REICE-Revista Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación, 19 (4), 31-54
DESCARGA DE NÚMERO 1 DE LA REVISTA «EN FORMACIÓN» DEL CENTRO DEL PROFESORADO DE HUELVA-ISLA CRISTINA
En este enlace puedes descargar el primer número de la revista