Morir ahogado es uno de nuestros miedos más arraigados. Unos dicen que es una muerte lenta y otros dicen que si estás a punto de morir ahogado mejor que sea en la playa porque el agua del mar contiene más sal que la sangre humana. Cuando tragas agua salada, el cuerpo trata de buscar un equilibrio mediante la transferencia de agua hacia los pulmones. Se tarda entre 8 y 10 minutos en morir ahogado en el mar, lo que permite más posibilidades de salvar la vida. Cuando la persona finalmente se hunde bajo agua intenta mantener el aire entre 30 y 90 segundos como máximo. Después, no puede evitar respirar agua, tose y respira más agua lo que va inundando los pulmones e impidiendo la oxigenación de la sangre. Más tarde llegan unos momentos de calma y casi insensibilidad debidos a la falta de oxígeno en el cerebro. Finalmente, el corazón se detiene y si se sobrepasan esos 8-10 minutos ocurre la muerte cerebral.
Por otro lado puede ser una forma hasta “tonta” de morir o al menos eso fue lo que yo pensé antes de despedirme de este mundo aquella tarde de playa al comprobar que no había nadie cerca que pudiera socorrerme y liberarme de aquella chica que había entrado en estado de pánico y que me tiraba del brazo hasta que consiguió que me ahogara cuando yo intentaba calmar su crisis en medio del mar embravecido de aquel día. Mis probabilidades de sobrevivir eran pocas por el tiempo que había pasado en parada respiratoria y no obstante viví para contarlo. ¿Por qué? Veamos algunos factores que pudieron intervenir.
Factores que incrementan tus posibilidades de sobrevivir a un ahogamiento en la playa:
1. Lugar: Si estás en la playa los servicios de rescate llegarán antes que si te ahogas en alta mar y si sabes nadar podrás más fácilmente soportar la espera.
2. Hora: Si es de día el rescate es más fácil por la visibilidad. Douda murió ahogado durante la noche del 6 de febrero de 2014.
3. País de nacimiento: Si eres ciudadano/a de un país desarrollado que no está en guerra probablemente no te veas nunca obligada/o a huir de masacres, asesinatos o actos terroristas. Desde el año 2000 se han presentando conflictos armados en 24 países africanos. Blaise, de origen camerunés, murió en aguas fronterizas entre Marruecos y España. Posiblemente escapaba de la violencia indiscriminada de Boko Haram en su país donde se ejecutaban a civiles sólo por sus ideas.
4. Situación económica: Si tienes una forma de dar de comer a tus hijos y puedes pagar un techo tus opciones de acabar en una patera disminuyen. Larios, camerunés, no podía ganar lo suficiente para mantener a su familia. Murió ahogado intentando lograr un futuro mejor para sus hijas e hijos.
5. Raza: Si has tenido la “suerte” de pertenecer a la raza blanca tienes 42 veces más probabilidades de no morir en el mar buscando un futuro mejor. Los mayores flujos de migración hacia Europa se producen desde países de población africana previamente colonizados por países Europeos. Todos los fallecidos y desaparecidos el 6 de febrero de 2014 en la Playa del Tarajal en la frontera entre Marruecos y España (Ceuta) eran de raza negra.
6. Auxilio: Si hay alguien que pueda ayudarte a salir del agua tus posibilidades de sobrevivir se disparan. Si por el contrario disparan hacia tu posible salvavidas (neumático) y te disparan pelotas de goma o gases lacrimógenos puede que tengas el mismo destino que los 15 fallecidos y otros tantos desparecidos en la Playa del Tarajal el 6 de febrero de 2014. Según el auto que archivó la causa en octubre de 2015 por la muerte de los 15 fallecidos en el Tarajal, éstos «no eran personas en peligro en el mar que precisasen ayuda» sino que «asumieron el riesgo de entrar ilegalmente en territorio español por el mar a nado, en avalancha, aprovechando la noche, vistiendo gran cantidad de ropa y haciendo caso omiso a las actuaciones disuasorias tanto de las fuerzas marroquíes como de la Guardia Civil.» Esas actuaciones disuasorias son las que supuestamente pusieron en peligro sus vidas.
7. Religión: Si eres ateo/a o vives en un país donde se respetan los derechos humanos y la libertad de creencia puedes dormir tranquilo/a, probablemente no te verás obligada/o a subirte a una patera por creer en un dios diferente al de los que ejercen el poder en tu país. Muchos conflictos de las “guerras de baja intensidad” africanas tienen como origen luchas religiosas y se libran con armamento manufacturado en Europa.
8. Sexo: El 80 % de los ahogamientos corresponde a hombres ya que parece ser que son más propensos a “participar en conductas de riesgo en torno al agua.” Una razón más para sentirse afortunada de ser mujer. La mayoría de los ahogados que intentar llegar a Europa son efectivamente hombres. Los 15 fallecidos en la Playa del Tarajal eran hombres.
9. Lengua: Si eres capaz de pedir auxilio en una lengua que entiendan las personas a tu alrededor tienes muchas más probabilidades de que entiendan tu emergencia y te auxilien. No obstante, a Abdoulaye Mara no le sirvió de mucho gritar “Yo asilo” a nuestra Guardia Civil el 11 de marzo de 2015 en Ceuta que lo maniató y devolvió a Marruecos aunque posteriormente su testimonio ha servido para denunciar al Estado español ante el Comité de Discriminación Racial de las Naciones Unidas .
10. Asistencia sanitaria: Los primeros minutos tras dejar de respirar son claves. Si hay parada cardio-respiratoria la reanimación cardiopulmonar (RCP) es vital. Yo tuve la suerte de que un bañista que vio lo ocurrido se acercara y me la hiciera in extremis. Los fallecidos no pudieron recibirla, probablemente por las supuestas lesiones recibidas por las Guardia Civil lesionados en el incidente del 6 de febrero de 2014 en la Playa del Tarajal. No hubo avisos ni a Salvamento Marítimo ni a la Cruz Roja. Muy al contrario, 19 personas de las 22 supervivientes entrevistadas por la ONG Caminando Fronteras relatan que los gases lacrimógenos lanzados por la Guardia Civil les produjeron picores en los ojos, ceguera temporal, picor intenso en la nariz y sensación de ahogo. Tres de los heridos mencionaron irritación pulmonar que duró entre 48 y 72 horas tras el contacto con dichos gases.
En mi caso, de haber sabido lo que me esperaba en la playa aquella tarde, me habría bastado con no ir a bañarme aquel día y no habría puesto en riesgo mi vida, aun sin ser responsable de lo ocurrido. Pero, ¿qué me habría ocurrido si mis circunstancias hubieran sido las de los fallecidos en la Playa del Tarajal, en la frontera entre España y Marruecos? ¿qué te podría pasar si el destino hubiese querido que tú, lector o lectora, hubieras nacido en un país diferente? ¿Qué responsabilidad tenemos y tiene el gobierno de España en lo ocurrido y lo que pueda ocurrir?
EL Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial (CERD) de la ONU en su último informe sobre la documentación aportada por España recoge hasta 29 “Motivos de preocupación y recomendaciones” frente a sólo dos “Aspectos positivos” y este comité
expresa grave preocupación por la práctica de devoluciones sumarias por parte de las fuerzas de seguridad españolas en la línea fronteriza de la demarcación territorial de Ceuta y Melilla, antes de que las personas devueltas tengan acceso a los mismos. En particular, preocupa que la Ley de Seguridad Ciudadana (Ley Orgánica 4/2015) permita ‘rechazos en frontera’, sin que se haga un estudio previo de riesgo de retorno, e impidiendo el acceso a los procedimientos de asilo. (Página 4 del CERD/C/ESP/CO/21-23)
La tragedia de la Playa del Tarajal se volverá a recordar en la 4ª edición de la Marcha por la Dignidad el próximo 4 de febrero en Ceuta. La Audiencia de Ceuta reabrió hace unos días la causa que fue archivada en octubre de 2015 por no haber pruebas suficientes de que la actuación de la Guardia Civil hubiera contribuido a la muerte de los 15 inmigrantes. El informe de Caminando Fronteras fue desestimado aunque ahora parece que se reabre la causa para, según el acto, buscar pruebas sin “prisas innecesarias.”
Se encontraron 15 cadáveres, pero el número total de víctimas nunca se podrá saber ya que muchas de ellas, según los testimonios de los supervivientes (Vídeo publicado por Publicotv), siguen desaparecidas. Aquel día nadie consiguió su sueño de un futuro mejor en Europa, un futuro por el que cualquiera de nosotras y nosotros ciudadanos españoles estaríamos dispuestos a arriesgar la vida si de ello dependiera el futuro de nuestros hijos e hijas. Algunos murieron y el resto fue víctima de una nueva devolución en caliente en la frontera sur de España. No hubo auxilio, como se pudo corroborar por los vídeos que el Ministerio del Interior se vio obligado a publicar. Sus probabilidades de sobrevivir fueron injustamente insuficientes.