CRISIS PLANETARIA?? – THE RIGHTS OF MOTHER EARTH

No pasa un sólo día de mi vida sin que vengan dos pensamientos a mi cabeza, uno positivo y otro negativo. Siempre aparecen como resultado de diferentes experiencias: algo que me pasa, algo que veo hacer a alguien, una frase, una foto, un comentario en la radio, una imagen, un sonido, un olor…. Es curioso pero el mismo hecho puede incluso desembocar ambos sentimientos/pensamientos dependiendo de mi estado de ánimo. Soy una persona hipervitalista, adoro estar viva y continuamente me siento extremadamente afortunada por estar en este planeta (nada atípico en personas que han vivido una ECM como yo).Sin embargo cada día me siento más infeliz por encontrarme dentro de una civilización que cada día traiciona y destruye más y más aquello de lo que procede y que le dió la vida.

¿Qué pasa con los lazos que nos unen como animales a la tierra, a la naturaleza?Sólo somos una minúscula parte de este maravilloso entramado y estamos provocando su destrucción: el animal más destructivo y devastador ha sido y es sin duda el ser humano…. pero vivimos inmersos en una falsa ilusión de felicidad y progreso que nos han metido en la cabeza a cambio de meras baratijas que por supuesto no llevaremos ni disfrutaremos cuando nuestro efímero y mortal cuerpo vuelva a la tierra de la que procedemos. Por supuesto el truco está en ignorar esta última y dolorosa verdad soñando con una inmortalidad que paradójicamente sólo puede ser parcialmente alcanzada si somos capaces de seguir dando vida a nuevas generaciones de humanos en este planeta. Misión imposible dicen algunos. Exageran dicen otros. Pero la madre tierra muestra señales inequívocas y como dice Saramago «Si puedes mirar, ve. Si puedes ver, repara.» Y aquí es donde estamos fallando.

El complot que nos rodea es demasiado complejo: Vivimos en una democracia que no lo es, es un espejismo creado por los poderes fácticos, el poder financiero y mediático y la crisis actual ha revelado sus verdaderos entresijos. Sólo hay algo claro: el demonio de nuestros tiempos tiene nombre: dinero. Y el ser humano se ha vendido al pasajero placer y confort que proporciona haciéndonos olvidar lo verdaderamente importante en nuestro día a día. ¿Cuántas veces decimos que lo verdaderamente importante no se compra con  dinero?

Y la pregunta del millón que todos nos hacemos es ¿y que voy a cambiar yo? Nada.

http://www.motherearthnews.com/

PUES NO ES CIERTO. Hace unos días uno de tantos Quijotes de nuestros tiempos decía una frase que me recordó algo que tintinea en mi cabeza y me incomoda: los únicos que pueden cambiar el mundo son los jóvenes, nuestra generación está atrofiada, insensibilizada pero no podemos ocultar la verdad a nuestros jóvenes, no son tontos, no los hagamos tontos. Reconozcamos nuestra culpa, y así podremos transmitirles el gran reto. La clave está en recordar premisas que no son nuevas pero que no aplicamos por cobardía total y absoluta: Think globally, act locally. Pequeños gestos. En tu vida, en la educación de tus hijos, en tu trabajo  (y si eres profesor/a tu responsabilidad/protagonismo es mayor). No es una carga, es el mayor reto en el que puedes participar y en mi caso, aunque a veces me siento un poco  derrotada son más los momentos de satisfacción cuando mi conciencia descansa sientiendo una reconexión con la madre tierra a través de pequeños detalles como el calor del agua de mi ducha que ha sido calentada directamente por el sol. Cada día tropiezo con más y más gente que no tiene miedo a soñar con un mundo mejor y a exigirlo y a colaborar en ello con pequeños detalles. Fracasar es no intentarlo.

http://derechosmadretierra.

 

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